can framis

miércoles 30, junio 2010

Sumar inteligencias

Teresa Galí-Izard
Junio 2010

Los barceloneses hubiéramos podido tener un nuevo jardín en Barcelona.

Los jardineros se hubieran peleado por mantenerlo, o mejor dicho por gestionarlo y hacerlo crecer. Se habrían sorteado quien lo haría por meses o por años. los gerentes de parques habrían destinado los mejores jardineros, Antonio que conocía bien los jardines del sur de Francia, María una apasionada de las bulbosas, o el señor Miguel experto cultivador de hortalizas.

A quien le hubiera tocado se habría reunido con Martí el proyectista del jardín para que le explicara su idea del jardín y habrían pasado una tarde hablando de ello. se habrían puesto de acuerdo y seguramente incorporado nuevas ideas.

En el terreno, el jardinero habría programado el riego en función de la humedad, arrancado hierbas (cuantas hierbas este año con tantas lluvias), podado alguna rama baja que no dejaba pasar, y encerrado algún espacio para protegerlo del pisoteo.

También con orgullo hubiera enseñado a los visitantes las especies de hierbas y bulbos y a lo mejor (y me atrevería a decir que casi seguro) habría dedicado mas tiempo de lo que le pagaban, sobretodo los primeros años cuando las hiedras no lo cubrían todo. que placer trabajar en un jardín… pero cuanto trabajo. En otoño cuando las hojas empiezan a caer el jardinero se las habría tenido para recogerlas. Recogerlas? un buen jardinero, por iniciativa propia, seguramente habría echo unos montoncitos y luego las habría distribuido por el suelo del jardín, para que se reincorporaran en el suelo, generando una cubierta que tan bien huele cuando llueve.

Los habitantes del barrio, paseando habrían descubierto nuevas plantas, distintas a las de los parques y habrían diferenciado las plantadas por el jardinero de las llegadas de forma espontánea, también llamadas malas hierbas. Habrían aprendido que estas malas hierbas son plantas anuales mayoritariamente. Seguramente en primavera cuando son todas verdes no pensarían que eran malas porque las habrían confundido con las otras, mientras que a finales de verano cuando se secan mas bien las habrían encontrado feas. Luego las habrían arrancado sin que nadie los viera. Y habrían explicado a la vecina que en su pueblo con aquella hierba su abuela hacia infusiones.

Alguien paseando se habría dicho…. que jardín mas silvestre… y se hubiera incomodado. La gente de ciudad a veces se incomoda frente un espacio no ordenado ni hormigonado.

Martí lo hubiera visitado de vez en cuando, y hablando con el jardinero habrían intercambiado opiniones. si es mejor regar poco y cada día o mucho una vez por semana, si los iris aguantan más la flor que los narcisos, o si las vincas a la sombra funcionan mejor que al sol. Y habrían aprendido. Siempre se aprende cuando los jardines crecen. Y su próximo jardín hubiera sido aún mejor.

Pero que voy a contaros… este seria otro mundo, y el nuestro por desgracia no es así.

Can Framis hubiera podido ser un jardín porque estaba planteado como tal. Uno de los pocos de Barcelona. No era un parque para correr ni un espacio para jugar. Era un espacio recogido donde pasaban todas estas cosas. Estaba planteado como un lugar rico, y culto. Que acompañaba un edificio de buena arquitectura que a la vez albergaba una colección de pintura rica y culta. Todo cuadraba.

Quien lo había pensado es una persona formada, que dedica muchas horas a pensar los proyectos, que ha viajado, que ha visitado y conocido jardines que le apasiona el trabajo y que da clases en la universidad.
Pero en esta suma de inteligencias que es necesaria para que un jardín funcione ha fallado una. La del gestor, la del jardinero que se lo ha cargado alegando que era difícil de mantener. Surrealista.

Pues claro que es difícil de mantener, claro que cuesta un esfuerzo. El mismo que cuesta hacer un buen proyecto y el mismo que hay que hacer para superar un período de crisis. Sin esfuerzo, sin dificultad, sin mejora y sin superación las sociedades no avanzan. Y este esfuerzo debe salir de las personas, porque el esfuerzo es una forma de inteligencia.

Por desgracia en Barcelona hace tiempo que vivimos un desajuste enorme entre los que nos esforzamos para que las cosas sean mejor y progresen y los que no hacen nada, más bien al contrario. Y así nos va.

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3 comentarios a “can framis”

  1. Estudiante dice:

    necesito saber cuantas plantas tiene can Framis de Barcelona es urgente

  2. George Bell dice:

    Después de escuchar hablar en el último par de años de Can Framis en la universidad, me sorprende que sea en los últimos meses cuando más se está publicando sobre este magnifico (o no) jardín. A este jardín que no ha llegado a ser lo que debería, se le suponen unas características y una cualidades que sólo se reflejan sobre papel, en la fase de proyecto.
    Se escribe mucho sobre la hiedra, los bulbos y las buenas intenciones del buen paisajista que no cuajaron y de quién es la responsabilidad de que no haya llegado a buen puerto. Lo cierto es que se escribe mucho para ser un proyecto inacabado.
    También es cierto que quien lo habia pensado es una persona formada, que viaja mucho, y que está en el staff de esta revista junto a otros paisagistas ilustres del mundo académico que a su vez forman parte de la Comisión ejecutiva y del Jurado de la Biennal Europea del Paisaje, en la que Can Framis es finalista para el premio europeo.
    Cierto es también Teresa que libre es cada uno de expresar sus opiniones y preferencias.
    Un saludo a todos.

  3. Joan-Andreu Verdaguer dice:

    He leído con mucha atención el articula que escribe Teresa, por cierto, una buena amiga i colega de profesión de hace 20 años o más. El artículo es muy bueno sino fuera por la parte en la que decide directamente acusar de falta de profesionalidad a los jardineros de nuestra ciudad, profesionales como la copa de un pino, que a menudo han de asumir la responsabilidad de mantener aquello que otro profesional ha pensado y que después alguien a ejecutado seguramente pensando en sus beneficios. Me pregunto, ¿quien había de garantizar que las tierras fueran de buena calidad y estuvieran sin malas hierbas?, ¿quien tenia que controlar que los marcos de plantación fueran los correctos? y también me pregunto si se asumieron las recomendaciones de cambios de especies de los Técnicos de Medi Ambient hicieron para conseguir los mismos efectos deseados del Arquitecto proyectista? He leído también que el jardín tenia unas plantaciones de bulbosas que pretendían florecer cada semana de forma escalonada, cosa imposible dado la forma en la que se plantaron (una ingenuidad de alguien que seguramente conoce poco el mundo vegetal).
    Amiga Teresa, cuando dispongas de estas respuestas, me gustara que con el mismo estilo las publicas y mucho me temo que tengas que rectificar, disculparte a los jardineros i retocar el articulo que de forma injusta has cargado en una dirección, para terminar, creo que como en casi todo en la vida, a parte de las distintas realidades de cada uno, hay que trabajar desde uno mismo, y cuando una cosa no sale como esperábamos , hay que preguntarse que es lo que yo habría podido hacer para que eso no ocurriera, preguntarse, si he hecho todo lo que estaba en mis manos, y veras estonces que seguramente alguna cosa podríamos haber hecho. De verdad Teresa , este jardín no tiene nada de especial, plantas tradicionales sin ninguna particularidad, lastima que nadie escuchara a los jardineros municipales que buena razón tenían en quejarse de que el jardín estaba mal hecho, que los brotes de los bulbos habían estado segados con desbrozadoras por la propia empresa contratista y que después de algunos meses de reclamar a la Dirección de Obra, que no hizo ni caso, tuvieran que mantener lo inmantenible. Seguramente si los hubieran escuchado, hubieran podido evitar el mal, me da la sensación que si los responsables de la obra hubiera hecho valer su conocimiento y autoridad en hacer ejecutar correctamente la obra, espero y supongo, según el proyecto, todo esto no hubiera ocurrido. Teresa que fácil es acusar al más débil, pero en fin, esto también es un clásico, si quieres quedamos un día para hacer unas bravas en el Tomas y seguimos hablando… un beso